Esta pieza fué mi primera obrita, en escultura. Fué por 1991 , despues de dos cursos de talla de madera, impartidos por un gran maestro,Francisco Gonzalez Picón, al que nunca olvidaré por lo mucho que me enseñó y aprendí con y de el. Ese mismo año se jubilaba , era de la antigua escuela, de los que se dedicaban a trabajar para la iglesia,sillería de coro, retablos, escudos, etc. Su estilo dentro de lo clásico, era sobre todo barroco, con lo que nos pasamos el curso haciendo volutas, columnas salomónicas, flores y frutas. Todo excepto las columnas eran bajo-relieves y que por cierto, conseguí llevarme uno de mis ejercicios, pues el resto,supongo que se las habrán auto regalado entre las autoridades del momento, pues la nave donde se realizó el curso, cambió de uso y no volvió a ser escuela. Por mucho que pregunté a unos y otros, alcalde de Santiago de Compostela, ciudad de la escuela ,director del INEM, etc. Allí nadie sabía nada, andarán por aí me decían,como si las obras tuvieran vida propia como para largarse a donde les diese la gana, o bueno, lo de siempre , te toman por tonta y para que no te ofendas, sólo te llaman tontita.
Cuando quedaban dos meses para finalizar, la maravillosa experiencia de la talla de la madera y antes de quedarnos sól@s l@s alumn@s ante la escasa, por no decir nula posibilidad de trabajar con lo aprendido, me empeciné en probar a hacer una escultura. Con mi ilusión convencí al profe, que aunque se ceñía a un programa y despues de pedir permiso a sus 'superiores' en este caso el director del INEM , el cual accedió y pronto me puse manos a la obra. El resultado, para ser una principiante, fué muy bueno y exacta a la pieza original, que en ese caso era de escayola. Le llamó tanto la atención de mi habilidad con las herramientas, que la expuso en el centro de la escuela y avisando a encargados y directores para que la vinieran a ver, me felicitaron, cosa que me abrumaba, pues al fín y al cabo era una copia y no,algo original mío. Mi mayor sorpresa y agradecimiento fué cuando decidieron regalarme la madera y el uso de la maquinaria para hacerme un banco de tallista y mazo y un juego de herramientas, que no podría conseguir con mis posibilidades económicas, y con las que pude trabajar hasta hoy. Doy gracias a mi maestro Francisco Gonzalez Picón y al drtr. en ese momento, Mosquera.
Cuando pueda y sepa, arreglaré la calidad de las imágenes, que se ven fatál